Convertir el obstáculo en oportunidad. Edutac en El IV congreso Internacional Glucogenosis
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Convertir el obstáculo en oportunidad
Publicado por Begoña Gutiérrez en Sin categoría.
Sí, desde las tripas, respondí por teléfono.
Un colega me invitó a dar un Taller de Coaching y las Enfermedades Crónicas, en la Semana Internacional de la Glucogenosis, que este año se celebra en la Universidad Autónoma de Barcelona. Y allí estábamos los B&B (Benet Andújar, mi colega y yo, Begoña) inaugurando las jornadas, con una puesta en práctica de algunas dinámicas del Coaching Co-Activo.
¡Obstáculos o manchas rojas!
Imagínense los obstáculos que tiene una enfermedad que se define como ‘errores innatos del metabolismo’.
Desconocimiento, Falta de Investigación, Falta de recursos, Aislamiento, Inmovilidad física, Incertidumbre a la evolución, Miedo, Rechazo Social.
Todos estos obstáculos los nombramos, hablamos de ellos, los gritamos con furia y los sentimos en alguna parte de nuestro cuerpo. Para cada uno de los participantes, pacientes, familiares, amigos, o cuidadores, el mismo obstáculo es algo distinto. Escucharse entre sí, les ayudaba a ponerse en la piel de otras personas.
Esto es EMPATÍA.
Ya habíamos recorrido un gran camino. Toma de Consciencia de lo que está sucediendo y cómo afecta a nosotros y a nuestro entorno. Pero seguíamos ahí… Regodeándonos en el obstáculo.
Hasta que llegó La luz de MARUJA.
Nos hizo ver que sin habernos dado cuenta muchas de las cosas que hacemos son transformaciones de esos obstáculos en oportunidades. Ella con discrección, para no herir la autoestima de su hija paciente con glucogenosis, la sostiene en la distancia. Nos emocionó su historia, su coraje y su luz.
RECONOCIMIENTO
Nos cuesta escuchar que se reconozca nuestra luz. Vivimos tan centrados en nuestra sombra que si alguien nos dice: Qué valiente y qué entregada! Nos parece exagerado o nos cuesta aceptarlo o presumismos de falsa modestía.
¡Pero, qué narices, Maruja! Escucha, recibe y absorbe todos los piropos que te van diciendo, uno a uno, le pidió Benet con mucho cariño.
Y tú.- Increpé a su hijo, que no estaba sentado muy lejos de mí.- ¿qué le quieres decir hoy a tu madre?- Me levanté dejándole mi silla, próxima a la de su madre.
Gracias madre y te quiero, le dijo, dándole un beso abstraído de todo el público.
Esto qué está pasando hoy aquí, no me había pasado nunca, explicaba Maruja mientras le corrían por las mejillas lágrimas de felicidad.
¿Cómo sería nuestro entorno si cada día reconociéramos a los demás su trabajo, su esfuerzo, su luz?
Una joven inglesa nos hizo partícipes de su testimonio. Hacía dos años que la enfermedad le dejó en una silla de ruedas. Una sociedad donde la emoción no es habitual expresar, su hermano se rompía en sollozos, el día que el gobierno inglés, le envió la silla de ruedas a casa. Mientras ella veía un aliciente para no estar postrada en un sillón de su casa. Al taller llegó por su propio pie, tras someterse a un ensayo clínico procedente de EEUU. Está agradecida a la vida y cada segundo es un regalo que disfruta y comparte.
¿Cómo sería nuestro entorno si nos comprometiéramos de verdad?
Las Manchas Rojas se harían Corazones de un intenso Rojo porque los tesoros de amabilidad, humildad y austeridad siempre estarían disponibles para los demás. Amabilidad al ponernos en la piel de los pacientes de Glucogenosis, humildad, al reconocer que todos somos vulnerables a la Glucogenosis y austeridad en el uso de nuestro ego. Los pacientes con Glucogenosis necesitan muchos recursos.